La Baja Edad Media
Se origino en gran parte de Europa, entre los siglos XI al XV. La Baja Edad Media es un término que a veces produce confusión, pues procede de un equívoco etimológico entre alemán y castellano: baja no significa decadente, sino reciente; por oposición al alta de la Alta Edad Media, que significa antigua. No obstante, es cierto que desde alguna perspectiva historio-gráfica puede verse al conjunto del periodo medieval como el ciclo de nacimiento, desarrollo, auge e inevitable caída de una civilización, modelo interpretativo que inició Gibbon para el Imperio romano (donde es más obvia la oposición entre Alto Imperio y Bajo Imperio) y que se ha aplicado con mayor o menor fortuna a otros contextos históricos y artísticos. Así se entiende que se asigne el nombre de Plenitud de la Edad Media al periodo de la Historia de Europa que ocupa los siglos XI al XIII. Esa Plena Edad Media o Plenitud del Medievo terminaría en la crisis del siglo XIV o crisis de la Edad Media, en la que sí se pueden apreciar procesos decadentes, y es habitual calificarla de ocaso u otoño. No obstante, los últimos siglos medievales están llenos de hechos y procesos dinámicos, con enormes repercusiones y proyecciones en el futuro, aunque lógicamente son los hechos y procesos que pueden entenderse como "nuevos", que prefiguran los nuevos tiempos de la modernidad.
Se caracteriza por la aparición de la clase comercial o burguesía y la creación de las ciudades o burgos. También se crearon las universidades. Estas eran una comunidad de profesores y discípulos organizadas en corporación autónoma para enseñar y aprender. Las primeras universidades aparecieron en el s. XIII. Se organizaron en un principio como comunidades de profesores y estudiantes. En España hubo una efímera tentativa en Palencia, debida a Alfonso VIII, pero la primera universidad que perduró fue la de Salamanca, fundada por Alfonso IX de León a principios del siglo XIII y reconocida por una bula de Inocencio IX en 1254.
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